miércoles, 14 de noviembre de 2012

CAPÍTULO 15



 15 1Elifaz de Temán habló a su vez y dijo:
2¿Responde un sabio con doctrina falsa
o se hincha de viento de levante,
3arguyendo con razones inconsistentes
o con palabras sin sentido?
4Tú destruyes aun el temor de Dios
y eliminas la oración;
5tus culpas inspiran tus palabras
y adoptas el lenguaje de la astucia.
6Te condena tu boca, no yo;
tus labios atestiguan contra ti.
7¿Has sido el primer hombre en nacer?,
¿te engendraron antes que a los collados?
8¿Has asistido al consejo de Dios?,
¿has acaparado la sabiduría?
9¿Qué sabes que nosotros no sepamos?,
¿qué entiendes que no entendamos?
10Entre nosotros hay canas venerables,
alguien más anciano que tu padre.
11 ¿Te parecen poco los consuelos de Dios
y la palabra suave que se te insinúa?
12¡Cómo te arrebata la pasión
y se te saltan los ojos!
I3Yuelves contra Dios tu furor,
soltando protestas por la boca.
14¿Cómo puede el hombre ser puro
o inocente el nacido de mujer?
15Ni aun a sus ángeles los encuentra fieles
ni el cielo es puro a sus ojos;
16¡cuánto menos el hombre,
detestable y corrompido,
que se bebe como agua la iniquidad!
17Escúchame, que voy a hablarte,
voy a contarte lo que he visto,
18lo que los sabios proclamaron sin ocultarlo,
recibido de sus antepasados
19-a ellos solos les dieron el país
y ningún extranjero transitó entre ellos-.
20EI malvado pasa la vida en tormentos,
son pocos los años almacenados
para el tirano;
21escucha ruidos que lo espantan,
cuando está más tranquilo,
lo asaltan los bandidos;
22no espera volver de las tinieblas
porque está reservado para la espada;
23lo arrojan como pasto a los buitres,
sabe que su desgracia es inminente;
24el día lóbrego lo aterroriza,
la angustia y la inquietud lo atenazan,
como un rey dispuesto al ataque.
25Porque extendió la mano contra Dios
y desafió al Todopoderoso,
26cargando de cabeza contra él
tras el escudo macizo y abollonado;
27porque iba engordando los carrillos
y echando carnes en los lomos,
28habitará ciudades abandonadas,
casas inhabitables que amenazan ruina.
29Ya no será rico ni durará su fortuna
ni bajarán al sepulcro sus posesiones
30ni escapará de las sombras;
el bochorno quemará sus renuevos
y el viento arrebatará sus flores.
31Que no se engañe fiándose de la vaciedad,
pues se lo pagarán con vaciedad;
32antes de sazón se marchitará
y no volverán a verdear sus ramas;
33será cepa que daña sus agraces,
olivo que sacude sus flores.
34La banda de los impíos es estéril,
el fuego devorará las tiendas de los venales.
35«Concibe miseria y da a luz desgracia,
gesta en el vientre la decepción».

EXPLICACIÓN.

15-20 La situación entre los amigos y Job se hace tensa: las introducciones son agresivas, el reproche reemplaza la exhortación, se recurre a acusaciones directas. Los amigos recitan tres variaciones sobre la suerte del malvado, en una especie de torneo literario. No sabemos si el autor los deja repetirse con intención irónica, para que se vea que sus argumentos se han agotado, para demostrar que la doctrina tradicional sólo puede ofrecer un poco de virtuosismo literario. Job insiste en la queja o elegía por su propia suerte, y desde ella se abre camino su deseo obsesivo de un juicio. En dos momentos el horizonte sombrío se ilumina con dos relámpagos de esperanza, 16,18-21 Y 19,23-27. En su queja acusa al Dios hostil y cruel y apela a un defensor y un vengador. 

15 Segundo discurso de Elifaz. Es notable. Mal comienzo de su segunda intervención, la amplitud del exordio y el contraste con el tono afectuoso y conciliador del primer discurso. Más de la mitad del espacio la ocupa un ataque personal al amigo: sin discutir en particular las razones de Job, las rechaza globalmente como inconsistentes, apasionadas, irreverentes. A la impureza radical de ser hombre, Job ha añadido el pecado de sus palabras. Llegados a este punto, es inútil exhortar a Job con promesas y sólo queda retraerlo con amenazas, poniéndole ante la vista el destino del malvado. 

15,2-13 Las palabras de Job a) son palabras vacías, hinchadas por la pasión, no prueban nada; b) son ofensivas de Dios, porque desacreditan la oración y el temor de Dios; c) prueban el pecado de Job, porque son su expresión, y constituyen un nuevo pecado. Job no puede apelar a una sabiduría superior a) no tiene el saber del primer hombre; b) no es anciano como su interlocutor, portador de una tradición antigua; c) no tiene el monopolio de la sabiduría, comunicada por Dios. 

15,2-3 Polemiza contra 12,3 y 13,2. 

15,4 Retuerce lo dicho por Job en 13,7-8. 

15,5-6 La astucia puede ser una virtud sapiencial, Prov 1,4, Y también puede ser una deformación de la sabiduría, Gn 3,1, que Dios sabe retorcer, Sal 18,26. De nada le vale a Job tal astucia, ya que su boca lo delata. 

15,7 El primer hombre, la primera criatura poseen las primicias de la sabiduría (o son la misma sabiduría): véase Ez 28,1119; Eclo 49,16; Y sobre la sabiduría primogénita Prov 8; Eclo 1,4; 24. 

15,8 Como los ángeles, 1,6; 2,1; o los profetas 1 Re 22; Am 3,7; en línea más polémica Is 40,13-14. 

15,9 Retorciendo 13,2. 

15,10 La sabiduría de los ancianos es proverbial, p. ej. Eclo 6,18.32-36; aunque lo contrario también es posible, Eclo 3,13. 

15,11 Los amigos habían venido para consolar a Job, 2,11.12-13. 

15,12-13 Para Elifaz la demanda de juicio es rebelión contra Dios. 

15,14-16 Repite lo que había dicho solemnemente en 4,17-21 y lo que Job ha reconocido en 9,2-3, y volverá a sonar en 25,4. Ver también Sal 51,6; 73,13; Prov 20,9. 

15,17 -18 Ya Bildad ha establecido el principio de la tradición, 8,8-10, que vale también para la historia sagrada del pueblo: Ex 13,8; Dt 4,9; 6,7.20; 11,19; Jos 4,6; Sal 78,5. 

15,19 El supuesto es que una población pura conserva pura la tradición. Por otra parte sabemos que las tradiciones de los sabios son internacionales. 

15,20-35 Sin mucho orden habla de la pena del malvado (20-24) de la culpa (25-27), y otra vez de la pena (27-35). El delito es rebelión contra Dios, el castigo tiene un día, pero su amenaza se siente constantemente. 

15,21 Véase Sab 17,3-21 y 18,19. 

15,22 Véase la reflexión de Job en 10, 21-22. 

15,25-27 Algunos puntos del texto son dudosos. La obesidad se presenta no como señal de debilidad, Jue 3,19-22, sino como señal de fuerza. 

15,28 Véase Is 13,20ss; 34,10ss; Jr 9,1. 

15,29 Véase Sal 49,7. 

15,31 Aplica al malvado la ley del talión. 

15,33 Véase Dt 28,40 en la serie de maldiciones. 

15,34 Suena a reminiscencia de Nm 16, en que se describe el castigo de los rebeldes Coraj, Datán y Abirán. 

15,35 Expresión proverbial, como Sal 7,15.

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