jueves, 1 de noviembre de 2012

CAPÍTULO 2.



2 1Un día fueron los ángeles y se presentaron al Señor; entre ellos llegó también Satán. 2EI Señor le preguntó:
-¿De dónde vienes?
El respondió:
-De dar vueltas por la tierra.
3EI Señor le dijo:
-¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no hay otro como él: es un hombre justo y honrado, religioso y apartado del mal, y tú me has incitado contra él, para que lo aniquilara sin
motivo; pero todavía persiste en su honradez.
4Satán respondió:
-Uno da una piel por otra piel; por la vida todo lo que tiene. 5Ponle la mano encima, hiérelo en la carne y en los huesos, y te apuesto a que te maldice en tu cara.
6EI Señor le dijo:
-Haz lo que quieras con él, pero respétale la vida.
7Y Satán se marchó. E hirió a Job con llagas malignas, desde la planta del pie a la coronilla. 8Job agarró una tejuela para rasparse con ella, sentado en medio de la ceniza. 9Su mujer le dijo:
-¿Todavía persistes en tu honradez? Maldice a Dios y muérete.
10EI le contestó:
-Hablas como una necia. Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males?
A pesar de todo, Job no pecó con sus labios. 

Los amigos de Job 

11Tres amigos suyos -Elifaz de Temán, Bildad de Suj y Sofar de Naamat-, al enterarse de la
desgracia que había sufrido, salieron de su lugar y se reunieron para ir a compartir su pena y
consolarlo. 12Cuando lo vieron a distancia, no lo reconocían y rompieron a llorar; se rasgaron el manto, echaron polvo sobre la cabeza, hacia el cielo l3y se quedaron con él, sentados en el
suelo, siete días con sus noches, sin decirle una palabra, viendo lo atroz de su sufrimiento.

EXPLICACIÓN.

2 El segundo acto en el cielo comienza exactamente igual que el primero. La duplicación o desdoblamiento es recurso narrativo conocido, frecuente en la historia de José: subraya un ritmo narrativo y destaca los elementos nuevos. 

2,3 Dios ha afligido a su siervo "sin motivo"; es decir, en términos de premio y castigo, no había motivo, en términos de finalidad, para poner a prueba, sí había motivo. En tal caso, se excluye la intención final de aniquilar que animaba a Satán: Dios impone su medida a la prueba. Y Job tiene ahora una nueva dimensión de virtud, "persiste". 

2,4 Expresión proverbial. No sólo se despoja el hombre cuando muere, sino que está dispuesto al despojo total con tal de no morir. La objeción del Satán implica que Job ha bendecido a Dios para salvar la vida, por egoísmo; la prueba tiene que continuar. (En el cap. 13, Job está dispuesto a arriesgar la vida por la verdad de su inocencia). 

2,7 Job tiene que apartarse de las viviendas para no contagiar a otros. 

2,9 La mujer habla como cómplice inconsciente del Satán. Implícitamente defiende una religión interesada y condicionada al comportamiento de Dios: el hombre ha de bendecir al Dios benéfico y maldecir al Dios maléfico; así estarán en paz. Ya que ha de morir, que guste el último consuelo de la venganza impotente: maldecir al verdugo. La mujer está tentando al marido, poniéndose de su parte contra Dios; en el fondo es cariño al marido y rebeldía frente a un Dios cruel. 

2,10 En realidad sus palabras son necedad, juicio superficial, falta de penetración. La sabiduría dice que bienes y males en la historia vienen de Dios; véase Is 45,7. Cómo se distribuyen y por qué suceden, todavía no está claro y habrá que discutirlo. 

Termina el segundo acto con otra victoria de Dios. Satán se retira de la apuesta, Dios se esconde entre bastidores, la mujer de Job desaparece. Queda sólo Job, preparado para la gran disputa. 

Los amigos de Job son quizá tres jeques de la región de Edom. Elifaz, Temán y Suj son nombres que se encuentran en las genealogías del Génesis 36,11 Y 25,2, lo cual puede servir para subrayar el ambiente patriarcal de la escena. Temán está situado en la región de Edom y sus habitantes tienen fama de sabiduría, Jr 49,7; Bar 3,22. La primera intención de los amigos es consolar a Job, no discutir; hará falta algo que provoque y alimente la discusión. Este movimiento, del consuelo a la discusión, de ésta a la condena, será la poquísima acción del cuerpo del libro. De momento parecen contraponerse tres amigos compasivos a un Dios despiadado, como si hiciera falta ser hombre para sufrir con el hombre: esta sensación, que nos desasosiega, sazonará y hará más sugestiva la representación: ¿quién está realmente de parte de Job? 

2,12-13 Después de los dos días de calamidades acumuladas, esos siete días con sus noches vacíos son parte de la acción: el consuelo es imposible, la contemplación enmudece, hasta que de la profundidad de este silencio brote el grito alucinante de Job.

No hay comentarios:

Publicar un comentario