jueves, 6 de diciembre de 2012

CAPÍTULO 33.



33 1Escucha mis palabras, Job;
presta oído a mi discurso:
2mira que ya abro la boca
y mi lengua forma palabras con el paladar;
3hablo con corazón sincero,
mis labios expresan un saber acendrado.
4El soplo de Dios me hizo,
el aliento del Todopoderoso me dio vid
5Contéstame, si puedes;
prepárate, ponte frente a mí.
6yo soy obra de Dios lo mismo que tú,
también yo fui modelado de arcilla.
7No te trastornaré de terror
ni me ensañaré contigo.
8Tú ya lo has dicho en mi presencia
y yo te lo he escuchado:
9«yo soy puro, no tengo delito,
soy inocente, no tengo culpa;
10pero él halla pretextos contra mí,
y me considera su enemigo,
11me mete los pies en el cepo
y vigila todos mis pasos».
12En eso no tienes razón -te contesto-,
porque Dios es más grande que el hombre.
13¿Cómo te atreves a acusarlo
de que no da cuenta de ninguno de sus actos?
14Dios sabe hablar de un modo o de otro,
y uno no se fija:
15en sueños o visiones nocturnas,
cuando el letargo cae sobre el hombre
que está durmiendo en su cama,
16entonces le abre el oído
y lo aterroriza con sus avisos,
17para apartarlo de sus malas acciones
y protegerlo de la soberbia,
18para impedirle caer en la fosa
y cruzar la frontera de la Muerte.
19Otras veces lo corrige en el lecho del dolor
con la agonía incesante de sus miembros,
20hasta que aborrece con toda el alma la comida
y su garganta el manjar favorito;
21se le consume la carne hasta que no se le ve,
y los huesos, que no se veían,
se le descubren;
22su alma se acerca a la fosa
y su vida a los Exterminadores.
23Pero si encuentra un ángel favorable,
uno entre mil como intercesor,
24que tenga compasión de él y diga:
«líbralo de bajar a la fosa,
que he encontrado rescate para él»,
25entonces su carne rebosará juventud
y volverá a los días de su mocedad.
26Suplicará a Dios y él lo atenderá,
le mostrará su rostro con júbilo,
restituirá al hombre su salvación,
23cmostrándole al mortal su rectitud.
27Este cantará ante los hombres y dirá:
«Yo pequé y torcí el derecho,
pero Dios no me ha dado mi merecido;
28me ha librado de caer en la fosa
y mi vida se inunda de luz».
29Estas cosas las hace Dios
dos y tres veces al hombre,
30para sacarlo vivo de la fosa,
para alumbrarlo con la luz de la vida.
31Hazme caso, Job, escúchame;
guarda silencio, que voy a hablar.
32Si tienes algo que responder, dilo;
habla, que estoy dispuesto a darte la razón;
33si no la tienes, escúchame,
calla, y te enseñaré sabiduría.

33 Después del amplio exordio que Elihú ha empleado para meterse en el libro, ahora se dirige personalmente a Job. El capítulo sigue un orden sencillo: invitación a escuchar (1-3), invitación a discutir (4-7), cita primera (8-11), respuesta (12), cita segunda (13), respuesta (14-28), conclusión 29-30. Los vv, 31-33 se pueden leer como nueva introducción a otra parte del discurso. 

33,1-3 El comienzo refleja la prolijidad de Elihú, más allá del normal paralelismo. Compárese con las expresiones de 6,25; 11,5; 27,4. 

33,4-7 Elihú entra en la discusión sin ventajas, poniéndose a nivel puramente humano con Job. Su condición humana, barro y espíritu, serán el terreno común. ¿Basta este nivel de común humanidad? Job ha bajado a un nivel mucho más profundo, de dolor y angustia, de desconcierto y desgarramiento interior: ¿baja Elihú a este nivel, primero para entender a Job, después para dialogar con él? Éste era el verdadero fallo de los amigos y no su incapacidad de encontrar argumentos. 

33,4 Véase Gn 2,7; Sal 104,29-30. 

33,5 En sentido forense: 13,18; 23,4. Las partes del pleito están en pie. 

33,7 Sobre los terrores de Dios véase 9,34; 13,21. 

33,8-11 Elihú cita reunidas algunas frases de Job: 9,21; 10,7; 16,17; 23,10-11; Y todo el juramento de inocencia del capítulo 31. La protesta de inocencia y la acusación contra Dios son correlativas, tiene razón Elihú. 

33,12 La respuesta a la primera cita es brevísima, se nos antoja insuficiente y no avanza. También Job ha reconocido esa grandeza de Dios, y de ella ha sacado otras consecuencias, Job reconoce que Dios es grande, pero ¿es justo?; y si lo es, ¿por qué no da razones? Esto introduce el segundo desarrollo, sobre el silencio de Dios. 

33,13 Job se ha quejado del silencio de Dios en 9,16; 19,7; 30,20. A esta objeción responde Elihú con cierta amplitud mostrando cómo responde Dios por medio de los sueños y de la enfermedad, para avisar, para escarmentar y finalmente para salvar al hombre. Todo desemboca en un salmo de acción de gracias y de arrepentimiento: Dios ha salvado al hombre de su enfermedad y de su actitud pecadora.

33,15 A un sueño había apelado Elifaz 4,12-15. Véase Gn 20,3; 31,24; 41,1; Nm 12,6. 

33,16 Paradójicamente el sueño abre el oído a otras voces. 

33,18 La frontera es el canal del reino de los muertos, según las antiguas creencias. 

33,19 De la enfermedad ha hablado Elifaz en 5,17. Repetidas veces ha hablado de ella Job, ya que es su situación. Elihú interpreta esa enfermedad como castigo saludable, como escarmiento. 

33,22 Los exterminadores están bajo el control de Dios, uno de ellos puede ser el Satán del prólogo. Recuérdese el exterminador de la noche de los primogénitos, Ex 12, 13.23, el del censo de David, 2 Sm 24,15-17, el de Senaquerib a las puertas de Jerusalén, 2 Re 19,35; también Sal 78,50 y 91,5-6. 

33,23 Frente a los ángeles de la muerte se colocan los ángeles intercesores, "Los Mil". A ellos se ha referido Elifaz, 5,1, Y repetidas veces Job, 9,33; 16,19-21; 19,25-27. La novela piadosa de Tobías introduce como personaje uno de estos ángeles de la salud, cuyo nombre es "Dios cura", Rafael. 

33,24 El rescate es imagen tomada de la práctica comercial y jurídica: Ex 21,30; Nm 18,16. Según Sal 49,8-9, el hombre no puede ofrecer un rescate por su vida. 

33,25 Véase Is 49,7-9 y 58,8. Recuérdese el episodio de Naamán, 4 Re 5 y el rejuvenecer "como un águila" de Sal 103,5. 

33,26-28 El desenlace se inspira en los salmos de acción de gracias. Véanse p. ej. Sal 30 y 41, por la curación de una enfermedad grave. 

33,26 Ver el rostro es señal de amistad: Sal 11,7; 24,6; 27,8. 

33,27 Sal 22,32; 27,6; 35,18. Cuando el hombre reconoce su pecado, se cumple el plan de Dios en el aviso y la enfermedad, v. 18-9. 

33,29-30 La conclusión es el valor salvífico del sufrimiento. Completa la simple doctrina de la retribución al introducir una dialéctica de más tiempos: en vez de pecado - castigo, tenemos pecado - enfermedad - arrepentimiento - curación - acción de gracias. 

33,31-33 Algunos proponen leer estos tres versos como introducción al cap. 35 que no la tiene; de este modo se restablece una estructura común en los cuatro discursos. Elihú sigue manteniendo la ficción, aunque sabe que Job no le va a responder, porque el autor de estos capítulos no maneja el método del diálogo. El juego es algo incorrecto, ya que le invita a hablar decidido a no concederle la palabra. 

33,35 Dar la razón es la misma palabra que declarar inocente. Elihú se refiere a lo primero no a lo segundo. Para Job tener razón era ser reconocido inocente por Dios.

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